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Consultas
En la consulta de dolor un profesional altamente calificado examina al paciente en el consultorio o el domicilio, se diagnóstica al paciente y se le recomienda el debido tratamiento. `
La consulta de dolor se ocupa de ayudar y cuidar de los pacientes con dolor. Se encarga de recuperar en la medida de lo posible el bienestar físico y emocional de la vida de los pacientes, para que puedan regresar a un estado anterior sin que hubiera dolor.
A una consulta de dolor acuden fundamentalmente (pero no únicamente) pacientes con:
- Cervicalgia
- Ciáticas
- Dolor de la espalda operada o espalda fallida
- Dolor miofascial o dolor muscular (contracturas persistentes que no se han aliviado con los tratamientos convencionales)
- Dorsalgia
- Estenosis de canal
- Lumbociática
- Problemas de columna – lumbalgia
- Radiculopatías
- Sacralgias
También recurren a los médicos especialistas de una Unidad de Dolor pacientes con:
- Dolor neuropático
- Dolor regional complejo
- Fibromialgia o con
- Molestias severas por artritis o artrosis más frecuentemente en columna, hombros, caderas o rodillas
- Neuralgia del trigémino
- Neuralgia postherpética
- Neuropatia diabética
- Neuropatías periféricas
Las Unidades de Dolor también se ocupan de los pacientes que sufren dolor intenso mal controlado tras someterse a una intervención quirúrgica de cualquier tipo. Por otra parte, las Unidades de Dolor colaboran con los servicios de oncología y cuidados paliativos en el control del dolor de los pacientes oncológicos que requieran un tratamiento especializado por la complejidad de los síntomas.
Tratamiento Farmacológico
Los analgésicos tanto opiáceos como no opiáceos son los principales fármacos utilizados en el tratamiento del dolor. También, los antidepresivos, anticonvulsivos y otros agentes activos sobre el sistema nervioso central pueden utilizarse para el dolor crónico y neuropático y como terapia de primera línea para algunos trastornos. La infusión central, la estimulación nerviosa, los tratamientos con inyecciones y el bloqueo nervioso pueden ayudar en ciertos pacientes escogidos.
Los analgésicos opioides han mostrado eficacia en el tratamiento del dolor agudo, el dolor por cáncer, y el dolor en fases terminales y como parte de los cuidados paliativos. Con frecuencia, son subutilizados en los pacientes con dolor agudo grave o en pacientes con dolor en fases terminales de cáncer, lo que resulta en dolor y sufrimiento innecesarios.
En general, los opiáceos no deben ser denegados en el tratamiento del dolor agudo y grave; sin embargo, el tratamiento simultáneo del trastorno que causa el dolor por lo general limita la duración del dolor grave y la necesidad de opiáceos a unos pocos días o menos. Además, los opiáceos generalmente no deben ser denegados en el tratamiento del dolor por cáncer; en estos casos, los efectos adversos pueden prevenirse o controlarse, y la adicción es una preocupación menor.
En pacientes con dolor crónico debido a trastornos no terminales, se puede considerar la terapia con opioides, pero generalmente solo si la terapia no opioide no ha tenido éxito. En tales casos, los opioides se usan a menudo en combinación con terapias no opioides.
La dosis inicial en un paciente que no haya recibido opioides suele ser la mínima dosis de inicio disponible de la fórmula de liberación inmediata, y se aumenta de manera progresiva con la mínima cantidad.
Analgesia en casa
Existe una amplia variedad de técnicas y fármacos analgésicos que pueden producir el alivio y la reducción del dolor. Teniendo en cuenta las causas y el tipo de paciente, se puede elegir el fármaco más específico en cada caso, así como la vía de administración que brinde el mayor efecto de alivio, según la intensidad del dolor. Aún el dolor intenso puede controlarse bien mediante combinaciones de fármacos que se potencien entre sí, disminuyendo las dosis necesarias y así los efectos indeseables.
Los analgésicos se administran de forma regular, y no cuando se empieza a sentir el dolor, ya que Los medicamentos contra el dolor son más eficaces si se suministran en un horario establecido antes de que el dolor empeore. El tratamiento empieza con el fármaco más débil al que pueda responder el dolor. La OMS propuso la denominada “Escalera terapéutica” como enfoque de tratamiento del dolor crónico.
- Primer escalón, se utilizan los antiinflamatorios no esteroideos; cuando no son efectivos a las dosis adecuadas, se pasa al siguiente escalón.
- Segundo escalón, se asocian AINEs con opiáceos menores como la codeína, con o sin fármacos coadyuvantes.
- Tercer escalón, se administrarían AINEs junto con opiáceos potentes, con o sin coadyuvantes.
Siempre que sea posible, el tratamiento se inicia por vía oral. En el momento en que esta vía deja de ser efectiva se cambia por la administración parenteral (debajo de la piel o de membranas mucosas mediante una inyección). Aunque esta pauta está enfocada hacia el tratamiento del dolor crónico, se puede aplicar a cualquier otro tipo de dolor. Existen ciertos casos como el de los pacientes críticos en los que la vía oral de administración no va a estar disponible, por lo que se pasará directamente a la administración parenteral.
Si la causa del dolor puede ser tratada conjuntamente con otros métodos a parte de la analgesia, la necesidad de usar el medicamento lentamente disminuirá o desaparecerá a medida que recibe el tratamiento conjunto para la causa.
El dolor debido al cáncer durante periodos prolongados, puede ser extenuante. Este tipo de dolor puede impedir hacer las cosas que quiere o necesita. Aunque el dolor por cáncer no siempre se alivia completamente, hay maneras de reducir su intensidad para poder realizar muchas actividades cotidianas.
La analgesia postoperatoria es uno de los componentes básicos en la recuperación funcional tras una intervención quirúrgica. El dolor postoperatorio moderado-severo sigue siendo un problema en cirugía ambulatoria, siendo uno de los principales motivos de reingreso en los hospitales. El empleo de técnicas analgésicas domiciliarias, puede controlar el dolor postoperatorio en estas intervenciones y permitir el manejo de pacientes postoperatorios desde sus hogares.
Bomba de infusión elastomérica: Es un dispositivo médico, para la infusión continua de productos farmacéuticos, vía intravenosa, intra arterial, epidural, subcutánea. La bomba elastomérica no requiere electricidad ni batería y su funcionamiento está basado en una energía constante liberada por el elastómero, que vuelve a su forma inicial luego de que ha sido llenado con la solución por infundir. Una vez que la bomba esté conectada, el paciente podrá irse a casa. La infusión continua se llevará a cabo durante todo el tiempo que la bomba esté conectada. La infusión continua con una bomba suele llevarse a cabo en el transcurso de unas 48 horas. Cuando haya finalizado, habrá que desconectar la bomba.
Cuidados Paliativos
Cuidados que ayudan a mejorar la calidad de vida del paciente con enfermedad grave. Son una parte fundamental de los servicios de salud y están enfocados en las personas. Están diseñados para que el equipo de atención médica ayude a las personas que padecen una enfermedad grave a vivir tan bien como sea posible por tanto tiempo como puedan.
El objetivo de los cuidados paliativos es prevenir o tratar los síntomas de una enfermedad grave y los efectos secundarios de su tratamiento.
Los cuidados paliativos son apropiados para personas de todas las edades y en todas las etapas de cualquier enfermedad grave. Los cuidados paliativos se deben usar siempre que una persona presente síntomas que deban controlarse.
Es parte integral de estos servicios, el dar opciones a los pacientes y permitirles a sus cuidadores participar en la planificación de la atención. Los profesionales especializados que forman parte del equipo de cuidados paliativos pueden ayudar a detectar y a tratar los problemas mentales, físicos, emocionales, sociales y espirituales que pudieran surgir. Asegurándose de que se aborden todas las necesidades de atención de los pacientes.
Los cuidados paliativos también se conocen como cuidados de apoyo, tratamiento de síntomas o tratamiento paliativo. Frecuentemente, forma parte de la atención de enfermos oncológicos terminales, como en los casos en los que el cáncer ya no se trata debido a su empeoramiento. Independientemente de cómo se les llame, los cuidados paliativos se han reconocido como parte importante de la atención y el tratamiento del cáncer.
Los cuidados paliativos pueden ser ofrecidos a personas con enfermedades tales como:
- Cáncer
- Enfermedad cardíaca
- Enfermedades pulmonares
- Insuficiencia renal
- Demencia
- VIH/Sida
- ELA (esclerosis lateral amiotrófica)
Técnicas Intervencionistas
Son procedimientos mínimamente invasivos que se usan en el tratamiento del dolor con la intención de aliviar el síntoma.
A través de estas técnicas, se consigue reducir los tiempos y la intensidad en los que el paciente sufre dolor para que pueda volver a tener una vida normal lo antes posible y se reincorpore a la vida social y laboral. Algunas de estas técnicas son: inyección de fármacos a través de infiltraciones, bloqueos mediante radiofrecuencia pulsada o convencional de las raíces nerviosas, impulsos eléctricos que reducen la sensación de dolor mediante el implante de un neuro-estimulador convencional o de alta frecuencia, entre otros.
En algunos casos, con un único procedimiento el paciente puede tener meses de alivio del dolor. Esto es importante tanto para los que tienen dolor progresivo, con alta esperanza de vida, como para los que se están acercando al final de su vida. Incluso cuando la analgesia conseguida no es completa el alivio que se obtiene permite, frecuentemente, una reducción importante de la dosis de opioides u otros analgésicos o adyuvantes administrados vía sistémica.
Para los pacientes que no responden a los tratamientos convencionales las técnicas intervencionistas pueden ser la única opción.
La técnica a ser utilizada en el paciente se decidirá según el tipo de dolor (somático, neuropático o visceral), su localización y el territorio afectado. Además, se tiene en cuenta el estado físico del paciente y su supervivencia estimada.
Para los pacientes con cáncer que sufren de dolor intenso, en los que no se consigue aliviar el dolor con la analgesia o los efectos secundarios de esta son intolerables, estas técnicas pueden resultar beneficiosas. El tratamiento agresivo del dolor oncológico es una buena práctica clínica puesto que se ha visto que el dolor no controlado contribuye a una menor esperanza de vida.
Radiofrecuencia
La radiofrecuencia es un procedimiento que tiene como objetivo producir calor en el tejido afectado para disminuir o eliminar el dolor. Esta técnica se utiliza desde hace varios años y se ha ido perfeccionando, especialmente en su efectividad y seguridad.
El procedimiento consiste en el paso de una corriente de alta frecuencia a través de una cánula en la que sólo aumenta la temperatura en la parte de la punta. Así pues, el calor que transmite la cánula se aplica al punto a tratar, normalmente un nervio sensitivo causante del cuadro de dolor, lo que interrumpe la transmisión del dolor. El tratamiento se lleva a cabo bajo anestesia local y sedación, así que es confortable y no es doloroso.
Es un procedimiento utilizado para proporcionar alivio del dolor a mayor plazo que el previsto por las inyecciones simples o bloqueo de nervios. La mayoría de los pacientes que están siendo considerados para este procedimiento ya han pasado por técnicas simples de inyección como la inyección epidural de esteroides, la inyección de la articulación facetaría, los bloqueos del nervio simpático u otros bloqueos de nervios en los cuales el alivio del dolor es menor al deseado.
La persona con dolor tiene derecho a:
Que su dolor sea tomado seriamente, y a ser tratado con dignidad y respeto por los médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud.
Ser informados por su médico sobre la causa de su dolor, los posibles tratamientos, sus beneficios y riesgos y los costos de cada uno.
Que su dolor sea reevaluado regularmente y que su tratamiento sea ajustado si el dolor no mejora.
Participar activamente en las decisiones sobre cómo se manejara su dolor.
Tener una evaluación minuciosa y un tratamiento rápido para su dolencia
Ser referido a un especialista en dolor, si el dolor persiste.
Obtener respuestas claras y precisas a sus preguntas, tiempo para tomar decisiones y el derecho a negarse a recibir un tratamiento en particular.